En muchas
ocasiones solemos decir cosas que realmente no sentimos, nos resulta muy fácil,
y realmente es así, emitir frases sin haberlas pensado previamente. De lo que
no nos percatamos, es que dichas frases, la mayoría de las veces, pueden llegar
a herir profundamente a quienes más cariño tenemos.
Debemos tener en cuenta que
existen situaciones en las que no podemos retroceder el tiempo, donde las
palabras emitidas fueron lo suficientemente duras como para destruir
completamente el bienestar de una persona, y que a su vez, son capaces de lastimar
hasta a esas personas que "aparentemente" son fuertes.
Aunque no lo parezca, no es muy
complicado pensar antes de hablar. Acaso, ¿No es preferible pensar por un
momento lo que vamos a decir, en vez de herir a quienes más queremos con
nuestras palabras? Pareciera ser una tarea difícil, pero realmente no lo es.
Solo se trata de detenernos a reflexionar por un instante lo que vamos a decir,
sin dejarnos llevar por sentimientos negativos que ocasionalmente podemos
sentir como consecuencia de momentos inestables. Y es que, si bien no podemos
evitar este tipo de sentimientos, lo que si podemos hacer es detenernos,
respirar profundo y no permitir que esta clase de situaciones destruyan
vínculos o relaciones que son de vital importancia para nosotros.
Para no caer en este tipo de
situaciones lamentables, y que en algunos casos son irreversibles, no debemos
olvidar que las palabras tienen el poder de herir mucho más que un golpe, este
último duele al momento que se ejecuta, por el contrario, las palabras duelen
cada vez que se recuerdan.